¿Cómo dormir a un bebé?

Traer al mundo a un bebé es una de las cosas más maravillosas que puede experimentar el ser humano… ¡pero también una de las más duras! Y es que la llegada de un recién nacido trastoca por completo la vida de todos, especialmente de los papás primerizos… Y uno de los retos más complicados a los que se enfrentan los felices pero cansados padres es la falta de sueño. Y es que los bebés no siempre se duermen cuando nosotros queremos… Por eso, hemos creído necesario escribir este artículo con algunas nociones que nos ayudarán a hacer que el bebé se duerma rápido.

Eso sí, si has llegado hasta aquí buscando trucos infalibles para dormir a un bebé, tenemos que decirte que eso no existe. No hay remedios mágicos para combatir el insomnio de un recién nacido, ni una fórmula prodigiosa para que un bebé se duerma… Lo que sí te ofrecemos es una serie de pautas que, al llevarlas a cabo, propiciarás que tu peque se ienta más cómodo y listo para descansar, lo que facilitará que se duerma. ¿Te interesa?

Consejos para que un bebé se duerma

Lo primero de todo es dejar claro que siempre hay que seguir las recomendaciones de nuestro pediatra en lo concerniente a la cantidad de horas de sueño de nuestro pequeño y cómo ha de dormirse (nunca boca abajo ni de lado, nunca en la cama de los padres, y sin objetos en la cuna, entre otras cosas).

Una vez que sabemos la teoría, toca llevarla a la práctica… ¡Cosa que no siempre es fácil! Y es los niños no siempre querrán dormirse cuando nosotros queramos… Cada bebé es un mundo, pues cuenta con sus propios gustos y particularidades. Sin embargo, siguiendo algunos consejos, será posible favorecer la aparición del sueño, para que se duerman lo antes posible. Vamos a verlos:

Emplear rutinas de relajación

Los bebés no son conscientes del ciclo día / noche, ni se preocupan de que llega la hora de dormir… Por eso, no está de más que vayamos habituándoles poco a poco, a base de sencillas rutinas que le ayuden a relajarse para el momento de dormir.

En estas rutinas, es importante no estimular a los bebés, así que no utilices juguetes llamativos ni sonoros, porque eso le va a despertar. Aprovecha el baño a última hora de la tarde, o un suave masaje con aceite de bebé para que el peque se relaje y vaya sintiéndose predispuesto a dormirse. Repetir las rutinas todos los días (por eso se llaman «rutinas») hará que el niño, de manera automática, comience a identificar el baño y el masaje con la hora de dormir.

Nunca mantener al niño despierto para que tenga sueño por la noche

Muchos padres hemos cometido el error de pensar que, si dejamos al niño despierto durante todo el día, estará más cansado por la noche y dormirá mejor… Sin embargo, esto no solo no funciona con los bebés, sino que, además, consigue el efecto contrario: que a los recién nacidos les cueste mucho más dormirse.

Ello se debe a que un bebé con sueño que no es capaz de dormirse lo que hace es «quejarse» mediante el llanto. Y, claro está, con ese llanto lo que consigue es despabilarse, y que le cueste mucho más dormirse. Así que deja que el bebé duerma cuando tenga sueño. De esta forma, por la noche estará tranquilito y se dormirá cuando tenga que dormirse.

Dormir en brazos al bebé

Salir del útero materno, donde todo era pz y tranquilidad, no debe ser nada fácil para un bebé… Ahora, está rodeado de un mundo lleno de colores, luces y ruidos que pueden estresarle. Más aún cuando se trata de conciliar el sueño…

Por eso, hacerle sentir seguro y en un lugar lo más parecido al vientre materno puede ser la mejor vía para que se tranquilice y se duerma. Tenerle cogido en brazos y mecerle suavemente de forma rítmica, hará que el recién nacido concilie el sueño más fácilmente.

Crear un ambiente agradable

Muy en la línea de lo que hemos dicho en el punto anterior, el entorno jugará también un papel muy importante para que el bebé se sienta cómodo y pueda dormir con más facilidad.

En ese sentido, tendremos que contemplar aspectos como la iluminación de la habituación, la temperatura y el grado de humedad. En definitiva, cualquier cosa que podamos optimizar para que el pequeño se sienta más confortable.

Usar ruido blanco de fondo

¿Has oído hablar del «ruido blanco»? Se trata de un tipo de sonido continuo y plano que, escuchado de fondo, puede ayudar a que los bebés se relajen y tranquilicen. ¡Es incluso más efectivo que el silencio absoluto!

Existen aparatitos que se comercializan en las tiendas de productos para bebés que permiten emitir varios tipos de ruido blanco.

Como alternativa, la música también puede valer, aunque dependiendo del caso, puede resultar estimulante, y eso es todo lo contrario a lo que queremos.

No te olvides del chupete

El chupete es un gran aliado para los padres, pues ayuda a tranquilizar a los bebés cuando estos lloran o cuando se van a dormir. Y es que el chupete hará que el bebé evoque el estar mamando de su madre, lo que le apaciguará y hará que se sienta seguro.

Los chupetes son muy útiles tanto para dormir a los bebés como para hacer que dejen de llorar. Pero, ojo, no hay que obligarles a usarlos cuando no los quieran. Si un bebé dormido escupe el chupete, no debemos volver a ponérselo a la fuerza. Solo si el bebé lo demanda.

Recurrir a caricias y mimos

Relajar al bebé es algo básico para que se duerma. Y para ello, los mimitos y las caricias funcionan genial. Es especialmente recomendable hacerle caricias en la frente con la yema del dedo, con movimientos suaves, que vayan desde la frente hasta la punta de su nariz.

Ese tipo de caricias es muy efectivo, pues un bebé despierto tratará de seguir el movimiento del dedo con la mirada, lo que le llevará a ir cerrando los ojitos poco a poco, hasta quedarse dormido.

Arrullar al bebé

Finalmente, otra propuesta también muy efectiva es envolver al bebé con un arrullo, lo que hará que se sienta más protegido y cómodo. Eso sí, recuerda que solo hay que envolver todo el cuerpo, a excepción de la cabeza, para no tapar las vías respiratorias y no sofocar al bebé.

Es importante saber arrullar bien al bebé, por lo que, si tienes dudas, no dudes en preguntar a tu pediatra la forma más segura de hacerlo.

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