Por qué mi colchón se hunde

A todos nos ha pasado: cuando llevamos un tiempo utilizando un mismo colchón, notamos que poco a poco va hundiéndose por el centro. Y ello puede ser el origen de dolores de espalda y otras lesiones. Pero ¿cuál es la causa de este problema? ¿Por qué los colchones se hunden por el centro? ¿Hay alguna forma de solucionarlo sin tener que comprar colchones nuevos? En este artículo, trataremos de dar respuestas a todos esos interrogantes. ¿Nos acompañas a lo largo de los siguientes párrafos? Toma asiento, que comenzamos…

Colchón hundido por el centro: ¿por qué?

La mejor forma de aprender cómo evitar que el colchón se hunda por el centro es comprender cuáles son las causas que llevan a que se dé este fenómeno. Y por ello, hemos recopilado en la siguiente lista, las principales razones por las que se hunden los colchones. Vamos a conocerlas:

  • Colchón de mala calidad: es uno de los principales motivos del hundimiento de la estructura del colchón. Si, a la hora de comprar un colchón, nos dejamos llevar por aquellos que tienen un precio más bajo, es posible que su calidad sea más bien mediocre y que pueda darnos problemas al poco tiempo de uso. En cuestiones de descanso y salud, es mejor no escatimar.
  • Sobrepeso: ¿sabías que, entre las características y especificaciones de los colchones, suele venir un dato que indica cuál es el peso máximo para el que han sido diseñados? Este dato suele pasar desapercibido y no lo tenemos en cuenta a la hora de elegir colchón. Si se da el caso de comprar un colchón que soporta menos kilogramos de lo que nosotros pesamos, no tardará en hundirse la estructura.
  • Colocar objetos pesados encima del colchón: cuando nuestro cuarto va demasiado justo en cuanto a espacio libre, todos nosotros acostumbramos a utilizar la cama como superficie sobre la que colocar momentáneamente las cosas. Desde los libros que vamos a guardar en la mochila del cole, hasta la caja de trastos viejos que tenemos en el altillo del armario. Y eso es un error… Colocar objetos pesados en pequeñas áreas del colchón puede dañar la estructura. Hay que recordar que los colchones están pensados para que todo el peso se distribuya de manera uniforme por toda su superficie y no solo en un único punto.
  • Nos movemos mucho por la noche: poca gente puede presumir de amanecer en el mismo sitio y en la misma postura en la que se acostaron. Casi todos nosotros acostumbramos a movernos de un lado a otro de la cama mientras dormimos. Y eso hace que el centro del colchón, que es el lugar por donde más pasamos, acabe por resentirse.
  • Uso excesivo: ningún colchón, por bueno que sea, te va a aguantar en perfectas condiciones durante 20 años… Con el uso, la firmeza del colchón va desapareceindo poco a poco, hasta llegar a un punto en el que el colchón empieza a hundirse. Los colchones malos se hunden enseguida, mientras que los de mejor calidad aguantan más tiempo.
  • No existe un colchón a prueba de niños: para los peques resulta imposible resistirse a la tentación de estar junto a una cama y no subirse a jugar o a saltar. Y, evidentemente, eso no es algo para lo que estén diseñados los colchones. Seguro que los colchones pueden aguantar por un tiempo, pero si ese tipo de juegos es algo habitual, acabarán por deformarse.
  • Dormir en pareja: salvo que hayan discutido y que cada uno duerma en un extremo de la cama, lo normal es que los miembros de una pareja duerman abrazados y juntos en el centro de la cama. Eso hace que el peso de ambos se concentre en el mismo punto del colchón y que, a la larga, eso acabe por crear una zona más hundida que el resto.
  • Materiales del colchón: la firmeza de los materiales y su capacidad para volver a su estado original después de presionarlos es uno de los aspectos que más influyen. Los colchones más sencillos y de peor calidad verán como los materiales del relleno se van compactando poco a poco, hasta un punto en el que ya no recuperarán su firmeza. Los colchones con materiales de mejor calidad, aunque sean algo más caros, consiguen eludir este problema durante mucho más tiempo.

¿Cómo arreglar un colchón hundido?

Cuando el colchón empieza a presentar huecos, lo mejor que podemos hacer es sustituirlo por uno nuevo. Sin embargo, no siempre podemos permitirnos realizar dicha inversión económica, por lo que es posible plantearnos algunas alternativas más baratas… Por ejemplo, aprender cómo reparar colchones hundidos. A continuación, te damos algunas ideas que pueden resultarte de utilidad en estos menesteres:

  • Coloca una pieza plana de madera enchapada entre el colchón y el soporte de la cama (somier, canapé, etc.), justo en el lugar donde está el hueco del colchón. Esto ayudará a distribuir tu peso cuando estés tumbado, y proporcionará un mejor apoyo al colchón para evitar que el hundimiento vaya a más.
  • Compra una bolsa de aire o una esterilla hinchable y colócala completamente desinfalda bajo el colchón. Una vez que el colchón esté en su sitio, comienza a hincharla para que el aire vaya amoldándose al hueco o los huecos que tenga el colchón. Así, conseguirás rellenar las zonas que estén hundidas.
  • Retira el colchón del somier, y colócalo sobre el suelo. Así, su peso se distribuye de manera uniforme por toda su base, en lugar de apoyar el peso solo en algunos puntos (como sucedía con el somier). Utilizando el colchón de esta forma durante un pequeño período de tiempo, deberías conseguir «suavizar» esos huecos de tu colchón.
  • Cortar un trozo de espuma con memoria (el material llamado «memory foam» que se usa en los colchones más modernos) y colócalo bajo el colchón, en la misma zona donde presente el hundimiento. Esto reforzará la estructura del colchón y servirá de relleno al hueco que tenía.

Aunque estas prácticas pueden servir para reparar los huecos del colchón, serán solo una solución temporal. Sírvete de ellas cuanto puedas, pero si ves que tu viejo colchón ya no te permite descansar como antes, lo mejor será cambiarlo por uno nuevo, y así no te arriesgas a sufrir daños en la espalda o en el cuello.

¿Es normal que un colchón nuevo se hunda?

Acabamos de comprar un colchón y, a los pocos días de uso, descubrimos con estupor que el colchón está hundido por el centro… ¿Es esto normal? Pues sí y no. Y es que todo depende de la calidad del colchón. No es lo mismo un colchón bueno, fabricado con materiales de primer orden, y diseñado para ofrecer el máximo confort al usuario, que un modelo de baja calidad, cuyo único objetivo durante su fase de diseño es el de ser lo más barato posible, relegando la comodidad a un segundo plano.

Por eso, si el colchón se hunde en el centro siendo todavía nuevo, el motivo será, sencillamente, que no es un buen colchón. Por eso, siempre insistimos en que, a la hora de comprar productos estrechamente ligados a nuestra salud y nuestro descanso, conviene no escatimar. Es preferible hacer una inversión económica decente, y asegurarnos un descanso placentero durante años, en lugar de tratar de ahorrar unos pocos euros y acabar con fuertes dolores de espalda.

Deja una respuesta