¿Cómo dormir a niños hiperactivos?

Uno de los síntomas asociados a la hiperactividad de los niños son los trastornos del sueño, relacionados tanto con la incapacidad de conciliar el sueño al acostarse, como con la interrupción continuada del sueño durante la noche.

Pero antes de darte algunos consejos para dormir a un niño interactivo, vamos a dejar claro que entendemos por «niños interactivos».

Qué es un niño hiperactivo

En ocasiones, solemos utilizar la expresión «hiperactivo» o «hiperactiva» para referirnos a niños o a niñas intranquilos, nerviosos, con un nivel de actividad alto. Pero la hiperactividad es una afección que requiere de diagnóstico, y que no siempre se corresponde con los estereotipos de «niños nerviosos» que tenemos en mente.

En este caso, entendemos que los consejos para dormir a un niño hiperactivo pueden ser demandados por padres de niños diagnosticados con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), o también por padres que están usando el adjetivo «hiperactivo» de forma coloquial, poco rigurosa, para referirse a un niño excesivamente activo.

Un niño hiperactivo es un niño que debe ser tratado por un especialista, pues en la mayoría de los casos, aplicando una terapia adaptada a cada caso, los niños con TDAH suelen aprender a controlar sus impulsos, algo que influye también a la postre en su mayor calidad del sueño.

Si tu hijo o hija presenta algunos de los rasgos que enumeramos a continuación, deberías consultar a un especialista para descartar un diagnóstico de TDAH:

  • Falta de atención descontrolada, dificultad para seguir una conversación, o incluso para retener un mensaje breve y conciso en un contexto de tranquilidad aparente.
  • Conducta impulsiva y nerviosa durante gran parte del día, con dificultad para permanecer quieto en una silla, o para sentirse a gusto en una estancia cerrada.
  • Impulsividad y falta de reflexión en el habla, pudiendo llegar a decir cosas sin filtro previo, casi sin darse cuenta.
  • Dificultad para atenerse a las normas de conducta en clase, o incluso a las normas de los juegos.
  • Rechazo de cualquier tipo de actividad o incluso juego que implique un cierto esfuerzo a nivel mental, o un grado de concentración elevado.
  • Tendencia a olvidarse de sus obligaciones, tanto en el ámbito educativo como doméstico.

Con un cuadro de TDAH diagnosticado, suele haber una mayor predisposición a no dormir cuando la mayoría de los niños duermen, o a sufrir trastornos de sueño. Pero hay muchos niños «nerviosos» a los que en ocasiones se mete en el saco de la «hiperactividad» de forma errónea, a los que también les cuesta dormir en ocasiones.

Algunos consejos para ayudar a dormir a un niño hiperactivo

Como venimos diciendo, los niños diagnosticados con TDAH, deben recibir de un médico pediátrico especialista todas las pautas o, si lo precisan, las medicinas que se requieran para combatir la hiperactividad en general, y para ayudarle a dormir mejor.

Pero hay una serie de consejos que siempre debes tener en cuenta si te estás preguntando cómo dormir a un niño nervioso de temperamento.

  • Aleja a los niños de la tecnología (móviles, tablets, videojuegos, etc.) en la medida de lo posible, y opta por juegos de actividad física acordes a su edad. Jugar en la calle con otros niños es la mejor opción, siempre que se pueda.
  • La hora de juego debe terminar al menos dos horas antes de ir a dormir, pues un exceso de excitación puede provocar nerviosismo en el niño, haciendo que el sueño tarde en llegar.
  • Procura que el niño o la niña que tiene problemas para dormir cene poco y bien (cosas suaves), y que no coma nada al menos una hora antes de meterse en la cama.
  • Procura que el dormitorio en el que duerme el niño sea un lugar apto para dormir, confortable, lo más liberado posible de aparatos electrónicos (ordenadores, impresoras, módems, etc.). Si queremos dormir bien, debemos tener un espacio para dormir y sólo para dormir. Si es posible, es bueno separar la estancia de estudiar, de la estancia de dormir.
  • Crea un ambiente de serenidad en la casa, y especialmente en su habitación, cuando llegue la hora de dormir: luces tenues y cálidas, ambiente silencioso (apagar el televisor, la radio, o cualquier otras fuente de ruido), etc.
  • Evita las discusiones y las conversaciones trascendentales o profundas en los momentos previos a meternos en la cama. Lo ideal es tener unos momentos para lecturas amenas y agradables, cantarles una canción o tener una charla tranquilizadora para inducirles al sueño.

Sin ser medicamentos, algunas infusiones de hierbas como la valeriana, la melisa, la hierbabuena, la pasiflora, etc.; son grandes aliados para serenar a los niños (y a los adultos) antes de ir a dormir, y propiciar un sueño de calidad.

Peor si vas a usarlas, te recomendamos que lo consultes antes con tu pediatra.

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