¿Cómo dormir fresco en verano?

El verano es una de las estaciones del año que más nos gustan. Al menos, durante el día… Y es que, a pesar de que es una época de vacaciones, playa y piscina, cuando cae la noche toca enfrentarnos a un duro enemigo: el insomnio debido al calor en la cama. ¡Es una auténtico fastidio! Por eso, hemos pensado que sería interesante hacer un artículo que recopilase los mejores trucos para dormir fresco en verano. ¿Qué te parece?

Así que si vives en una de las zonas más calurosas del país, o si llevas fatal eso de estar dando vueltas en la cama empapado en sudor, te recomendamos que tomes asiento, y que nos acompañes, para averiguar cómo se puede dormir fresco durante el verano.

Los 10 mejores consejos para dormir frescos en verano

Vamos a dejarnos de tanta palabrería, y vamos a ir directos al grano, que se nos echan encima el verano y sus altas temperaturas. Así que aquí van los mejores trucos del veranos para dormir frescos:

  1. Poner el aire acondicionado: esto, más que un truco, es algo bastante obvio, ¿no te parece? Pero es que realmente es la forma más sencilla de combatir el calor del verano. No hace falta tener el aire puesto toda la noche… Bastará con ponerlo un ratito antes de acostarnos, para que la temperatura fresca permanezca el tiempo suficiente hasta que nos durmamos.
  2. Usar un ventilador: si no disponemos de aire acondicionado, el ventilador será nuestra segunda mejor opción. Hay quien va incluso un paso más allá, con ingeniosas soluciones para que el ventilador refresque aún más. Por ejemplo, colocar el ventilador junto a una ventana abierta, para que utilice el aire fresco de la noche en lugar del aire caldeado de nuestra habitación. O incluso poner un poco de hielo frente al ventilados, para que el aire nos llegue mas fresquito.
  3. Airear la habitación: durante la noche, el ambiente de la habitación se carga demasiado, por lo que resulta muy importante ventilar bien la habitación por las mañanas. Eso sí, conviene hacerlo temprano, para aprovechar el frescor de la mañana, antes de que se alce el sol y suban las temperaturas.
  4. Mantener la habitación en penumbra durante el día: durante el mediodía y la tarde es cuando las temperaturas alcanzan su pico mas alto, por lo que conviene «blindar» el dormitorio. Para ello, mantendremos las persianas y cortinas cerradas, con el objetivo de que no entre la luz del sol, y podamos mantener el cuarto a una temperatura fresca.
  5. Dormir lo más bajo posible: el calor tiende a subir, por lo que resulta recomendable dormir lo más bajo posible. Por ejemplo, en la planta baja, si nuestra casa tiene más de un piso. O si no, también podemos colocar el colchón directamente sobre el suelo, para evitar temperaturas más altas.
  6. Utilizar tejidos transpirables: los tejidos sintéticos no transpiran muy bien, por lo que no son recomendables ni para las sábanas ni para el pijama (al menos, en verano). Optar por tejidos naturales como el algodón nos facilitarán la transpiración, y evitaremos la siempre molesta sensación de estar sudados en la cama.
  7. Evitar las cenas pesadas: una digestión pesada hace que nuestra temperatura corporal suba considerablemente. Por eso, en verano, conviene cenar temprano y comidas ligeras, para evitar procesos digestivos durante la noche, lo que nos ayudará a dormir mejor.
  8. Apagar luces y aparatos eléctricos: las luces y los dispositivos eléctricos (la televisión, el equipo de música, el ordenador, etc.) generan bastante calor, logrando subir la temperatura de una habitación varios grados. Como lo que pretendemos es combatir el calor, habrá que prescindir de este tipo de aparatos y dispositivos en nuestro dormitorio, ya unas horas antes de irnos a dormir.
  9. Darnos una ducha templada: sí, sí, has leído bien, templada. Y es que aunque mucha gente acostumbra a darse una ducha fría, lo cierto es que puede ser contraproducente. Y es que el agua fría hará que nuestro cuerpo aumente la temperatura corporal para compensar, lo que significa que una ducha fría será menos refrescante de lo esperado. En cambio, ducharse con agua templada, sí que puede ser una experiencia más agradable.
  10. Enfriar las sábanas: si nada de lo anterior funciona, podemos optar por enfriar las sábanas de la cama, ya sea utilizando bolsas de hielo por toda la superficie de la cama, o metiendo las sábanas en una bolsa y dejándolas en el congelador un par de horas. La sensación de frescor en la cama durará unos 20 ó 30 minutos, tiempo más que suficiente para conciliar el sueño antes de que tengamos calor de nuevo.

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